Flora Tristán
Flora Célestine Thérèse Henriette Tristaán y Moscoso Lesnais, más conocida como Flora Tristán, aunque de ascendencia peruana, ella nace en París en 1803 y fallece en Burdos el 14 de noviembre 1844. Esta intelectual, que podemos ubicar dentro de las pensadoras utópicas y feministas, fue autodidacta autora de diferentes escritos de ensayo y de carácter autobiográfico, pero de su obra destaca especialmente Unión Obrera publicada en 1843, —existen tres ediciones francesas de Union Ouvrière, todas ellas realizadas en vida de la autora—. Nos acercamos a la obra y pensamiento de esta autora de la mano de la filósofa feminista y experta en el estudio de la obra de Flora Tristán, Ana de Miguel, en concreto de su trabajo La articulación clásica del feminismo al socialismo: El conflicto de clase-género.
Flora Tristán |
Señala Ana de Miguel en su análisis de la obra Unión Obrera, que tiene como objetivo “el mejoramiento de la situación de miseria e ignorancia de los trabajadores” que son denominados por la Tristán como “la parte más viva, más numerosa y útil de la humanidad". Tristán además en la obra referida incluye un capítulo titulado Por qué menciono a las mujeres, donde desarrolla la tesis de que “todas las desgracias del mundo provienen del olvido y el desprecio que hasta hoy se ha hecho de los derechos naturales imprescriptibles del ser mujer”.
Sostiene Tristán que la situación de las mujeres es consecuencia de la aceptación del falso principio que afirma la inferioridad de la naturaleza femenina. Ese discurso ideológico hecho desde la ley, la ciencia y la religión es la causa y justificación de la exclusión de las mujeres de la educación racional y les deja como único destino ser esclavas de los hombres.
En este punto sostiene de Miguel, que el pensamiento de Tristán es similar al de las sufragista, pero Tristán se diferencia de estas, en que el discurso de Tristán le habla al pueblo, a las obreras , y además en su obra, relaciona directamente la negación de la educación a las mujeres con su explotación económica, afirmando Tristán que “no se envía a las niñas a la escuela porque se les saca mejor partido en las tareas de la casa, ya sea para acunar a los niños, hacer los recados, cuidar la comida, etc.”. Y luego, a los doce años se la coloca de aprendiza: allí continúa siendo explotada por la patrona y a menudo también maltratada como cuando estaba en la casa familiar. Este trato injusto desde el nacimiento, la nula educación y la servidumbre al varón tendrán como consecuencias en el carácter de las mujeres. Para Tristán que las mujeres reciben un trato injusto y vejatorio, una degradación moral que reviste de la mayor importancia, porque ellas, las mujeres en sus múltiples funciones de madres, amantes, esposas, hijas, etc., lo son todo para el obrero.
Esta situación central de la mujer trabajadora no se puede comparar a la situación de las mujeres de las clases altas, donde el dinero paga a educadores y sirvientes profesionales. En consecuencia, para Tristán, educar bien a las mujeres obreras supone el principio de la mejora intelectual, moral y material de la clase trabajadora.
Concluye Ana de Miguel afirmando que Tristán como buena utópica confía en el poder de la educación y como feminista reclama los derechos de las mujeres y sostiene que la educación racional de las mujeres mejorará también el bienestar de los varones y contribuirá a la construcción de una sociedad más justa.
Bibliografía
de Miguel Álvarez, Ana., 2013. La articulación clásica del feminismo y el socialismo: El conflicto clase-género. pp. 1-37.
Autora: Sheila Fernández Míguez